El voluntariado esta de moda.
Según nuestra querida Wikipedia el voluntariado “es el trabajo de las personas que sirven a una comunidad o al medio ambiente por decisión propia, libre y no remunerada”.
Hoy en día son muchos los que deciden optar por hacer un voluntariado, ya sea para aportar con su granito de arena al bienestar mundial o simplemente como una forma hacer turismo gratis.
¿De cómo el voluntariado adquirió tanta popularidad? ¿Es un fenómeno nuevo? ¿Cual es su historia?
Si bien el término voluntariado tal como se entiende hoy en día no se utilizó con anterioridad a los años ochenta y recién adquirió reconocimiento mundial en la década de los noventa (Quiñones. 2004: 85), la idea de dedicar tiempo personal en beneficio de otros de manera voluntaria y sin esperar algún tipo de retribución económica a cambio tiene sus origenes desde que el humano es un ser sociable.
Autores como Casado (1999:13) y Giner y Sarasa (1997:209) sostiene que el altruismo en el marco de la acción social es una constante a lo largo de la historia. Siempre que existe una comunidad surgen dentro de la misma formas de ayuda mutua entre iguales como también donaciones redistributivas dirigidas a los más desfavorecidos.
Como señala Casanova (2005) en su Historia de la Asistencia Social en Europa: “La primera manifestación de un acto ´caritativo´ o intento de compartir se habrá dado cuando algún hombre ofreció a otro el alimento que podría haber consumido solo” (:8).
Es de esta manera que asistimos a un fenómeno antiguo reestructurado de forma diferente, por lo que conviene estudiar su historia.
1) Antigüedad
En las sociedades primitivas el ´trabajo voluntario’ era asumido por la familia, el clan o la tribu. Los vínculos que unían a los individuos dentro de estos grupos sociales constituían la principal motivación de ayuda mutua. No existían impulsos humanitarios ni religiosos para ayudar a otros que no pertenecían al círculo inmediato.
Según Galindo (2005) fue con la llegada de Jesús de Nazaret que el pueblo hebreo puso en práctica obras gratuitas y voluntarias dirigidas a viudas, huérfanos, enfermos, peregrinos e inmigrantes.
Por otra parte, en la antigua Atenas la ayuda a los enfermos, inválidos, viudas y huérfanos era llevada a cabo por el Estado mediante pensiones o distribuciones de pan, trigo, aceite, trigo y carne. Los fondos provenía en parte del pago de las entradas a los estadios, asambleas, teatros (Casanova. 2005: 12)
Posteriormente, a fines del siglo I, el emperador Marco Nerva (90-98) instituye un sistema alimenticio en Roma denominado el Sistema Alimenticio de Nerva. Se pretendía ayudar a los más pobres y asegurar una buena nutrición de los niños.
Aparte de estos tipos de ayuda institucionalizadas, tanto en Atenas como Roma también existían hombres ricos los cuales se dedicaban a actividades filantrópicas de manera individual.
No obstante, ha sido la iglesia, especialmente durante el medioevo, el primer agente de asistencia social a escala planetaria que promovió acciones voluntarias relacionadas con la solidaridad con el prójimo (Galindo. 2005:49)
2) EDAD MEDIA
El siglo IV presenció el aumento las obras de caridad y piedad cristianas. Por ejemplo en Constantinopla, Juan Crisóstomo crea instituciones benéficas como la Xenodochia (para los peregrinos), Procotrophia (para los mendigos), Nosocomia (para los enfermos) y Gerontocomia (para los ancianos). Este movimiento cristiano se extendería desde el Oriente Romano al Norte de África.
Durante este periodo la caridad estaría directamente ligada con la religión cristiana. Ayudar a los más desfavorecidos era propio de los virtuosos y bien visto ante los ojos de dios. El estado y organizaciones civiles como agentes de ayuda social eran prácticamente inexistentes.
No obstante, el monopolio caritativo de la Iglesia se vería amenazado en el siglo XV cuando, gracias al desarrollo de las ciudades y la actividad económica, se consolidaría un modelo de caridad de carácter urbano donde los municipios y gobiernos locales concentraron funciones y responsabilidades asistenciales (Araque. 2009:6).
Galindo (2000) también coincide en esta fecha. Según este autor, el siglo XIV (´el siglo de oro de las ciudades medievales´) sería testigo de la creación de establecimientos ciudadanos pertenecientes a burgueses enriquecidos y autoridades civiles dedicados a la asistencia social.
3) EDAD MODERNA
Posteriormente, en la Inglaterra del siglo XVI, y durante el gobierno de la Reina Isabel I, se pone en marcha las Poor Laws dirigidas a aliviar la indigencia. Según Marshall (1998) gracias a las Poor Laws la idea de los derechos sociales emergió gradualmente hasta la consolidación del Estado de Bienestar.
No obstante, este tipo de ayuda, como resalta Marshall, era de arriba hacia abajo: “se ofrecía beneficencia solo a quienes, por enfermedad o edad, fuesen incapaces de seguir peleando, o a todos aquellos seres indefensos que renunciaban a la lucha, reconocían su derrota y pedían clemencia”.
El tiempo pasó y el desarrollo industrial no paro. En el siglo XVII, como consecuencia de la creciente actividad fabril, surgió un nuevo modelo asistencial denominado de ´protección social´ el cual brindaba ayuda a los trabajadores de las fábricas cuando sufrían accidentes o enfermedades a causa de su labor. Este sistema se ampliaría hasta llegar a todos los ciudadanos lo que a su vez daría paso al Estado Benefactor.
Los origines del Estado de Bienestar se remontan a la Francia del Segundo Imperio (1852-1870) y su État social como a la Alemania del Segundo Reich (1871) y su Wohlfahrtsstaat. Sin embargo no fue sino después de los traumas de la Gran Depresión (década de los 30) y de la Segunda Guerra Mundial (1945) que éste se consolidaría.
4) EDAD CONTEMPORÁNEA
El voluntariado, como ayuda social fuera ámbito estatal, también emerge con fuerza en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial (ochentas y noventas).
Éste adquiere una nueva dimensión y se genera un amplio marco normativo sobre el:
- Carta Social Europea: 1951
- Resolución del Parlamento Europeo sobre el voluntariado: 1983
- Resolución de las Naciones Unidas sobre el Día del Voluntariado: 1985
- Declaración sobre el voluntariado emitido por el congreso Mundial LIVE’90: 1990
- Carta Europea para los voluntarios: 2000
De acuerdo con la Encuesta Mundial de Valores 1990-2000 realizada por equipos MORI, en los años noventa en Chile el 29,6% de la población entrevistada participó en alguna organización voluntaria. El 2000 la cifra aumentó en un 42.6% . Es decir en diez años hubo un crecimiento estimado del 64.8%.
Por otra parte el General Social Survey de 1998 de Estados Unidos encontró que un 56% de toda la población norteamericana había sido voluntario en algún periodo de sus vidas.
El voluntariado se encuentra en un buen momento a nivel global, pero el trabajo por hacer, especialmente en tiempos difíciles, de pandemias y crisis es más necesario, relevante y urgente que nunca.
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