Por Ángel Salas Benavente
Secretario del director de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo
El pueblo extremeño ha sido siempre consciente de sus responsabilidades globales y de la importancia de los vínculos sociales, culturales y hasta emocionales con otros territorios y con sus habitantes. El compromiso de la administración pública y de la sociedad extremeña con la cooperación internacional para el desarrollo, se ha convertido en una de nuestras señas de identidad, que se ha ido materializando, año tras año, en una intensa actividad pública y social.
Todo esto se materializa a través de gente comprometida, gente de bien, que comparte lo más valioso de nuestras sociedades: el tiempo. Las personas voluntarias son sobre todo transformadores del tiempo. Lo comparten, lo intercambian, lo transforman para mejorar las sociedades en las que habitan.
En mi caso personal, me gustaría hacer referencia a cómo llegué al voluntariado internacional. Yo empecé con voluntariado en el barrio de Torreblanca en Sevilla, mientras estudiaba, después en el Polígono Sur, más tarde inicié una etapa de voluntariado con mujeres migrantes, y poco a poco fui entendiendo, gracias a este modo de activismo, la dimensión global de las desigualdades. Cuando terminé la carrera empecé a especializarme en asilo y refugio, siempre con ese objetivo de encontrar las causas de la desigualdad en origen. Y así llegué a empezar a conocer el mundo de la cooperación internacional y del desarrollo. Primero en Nicaragua, después en Bolivia, Marruecos, Namibia, Cuba, y una serie de países que me hicieron comprender que “hasta que no estemos todos vacunados, no estaremos ninguno seguro”. De eso se trata, de la salud social, que sólo puede construirse desde el compromiso militante que inicia con el voluntariado consciente y crítico.
Hace ya más de tres décadas que en nuestra región se pusieron en marcha las primeras iniciativas encaminadas a construir una política pública de solidaridad internacional. Esta política ha ido evolucionando a lo largo de los años para responder con mayor solidez y eficacia a los desafíos en materia de desarrollo internacional, generando nuevas estructuras normativas y de recursos, propiciando diálogos con las organizaciones de la sociedad civil, y adaptando sus instrumentos y modalidades. Gracias desde aquí a todos y todas que desde dentro y desde fuera de la región han ayudado a construirla.
Hoy nos enfrentamos al reto de abordar el futuro con nuevas miradas y herramientas, acordes con los grandes desafíos que se están produciendo tanto en el mundo como en nuestra tierra. Para ello queremos volver a apelar a la unión y la solidaridad y la responsabilidad que han caracterizado siempre a las extremeñas y los extremeños.
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